La POTO, Ordenanza
sobre la Prevención del Terrorismo, ley promulgada en medio de
la confusión de los atentados norteamericanos del 11 de
septiembre, permite al gobierno indio vigilar todo tipo de
comunicaciones y, a fortiori, las comunicaciones electrónicas,
como los e-mails. Y sin necesidad de control judicial ni
administrativo.
Los elementos
recogidos en la interceptación de mensajes, decretada por los
servicios de seguridad, pueden utilizarse como cargos contra
un sospechoso, ante un tribunal. Los periodistas, usuarios
privilegiados de Internet y del correo electrónico en India,
estaban particularmente amenazados por la primera redacción de
la ley que, en efecto, estipulaba que los reporteros que no
transmitieran a las autoridades los elementos que tuvieran
sobre terroristas, o sobre organizaciones calificadas como
tales, podían ser castigados hasta con cinco años de cárcel.
El texto, criticado
duramente por la oposición, y por los organismos de defensa de
los derechos humanos y de la libertad de expresión, ha sido
modificado. Finalmente, los diputados retiraron el artículo
que obligaba a los periodistas a revelar sus informaciones,
relacionadas con los casos terroristas.
sábado mayo 24, 2014